¿Por qué todo el mundo debería ver The Wire?


The Wire (“La escucha”) es una serie relativamente desconocida para el gran público incluso en EEUU. No alcanza los niveles de audiencia de Lost, House, o Prison Break. Esto tiene sentido, teniendo en cuenta que no es una serie amable, dispara contra todos los estamentos sociales de la sociedad americana, no cuenta con actores conocidos y confía en la inteligencia del espectador ante todo. No es una serie fácil. Pero es una serie maravillosa.



The Wire es el retrato de una ciudad norteamericana a principios del siglo XXI. Esta ciudad es Baltimore, en el estado de Maryland, una de las urbes con mayor índice de criminalidad en los EEUU. En principio la trama gira entorno al tráfico de drogas en la ciudad por parte de la organización que comanda Avon Barksdale; y de un pequeño departamento de policía creado para la ocasión, que tendrá que valerse de escuchas telefónicas para atraparlo. Hasta aquí todo es normal, nada que no hayamos visto en cualquier serie del palo. ¿Qué hace a The Wire tan diferente?



Primero de todo, el tratamiento de la historia. Mientras que otras series nos acostumbran a esquemas clásicos de buenos y malos o policías y ladrones; en The Wire nada es absoluto. Los policías se equivocan a menudo, son alcohólicos, mujeriegos, trepas, le ponen los cuernos a su mujer o le parten la cara a un niño de 16 años porque se ponen nerviosos cuando están de servicio. Son humanos. Los gángsters tienen intensas relaciones de amistad, van a la universidad, tienen esposa e hijos, a veces les dan lecciones de nobleza a los policías y a veces les dan un tiro en la cabeza. Son humanos.



Cada temporada de The Wire se concentra en un estrato de Baltimore, desde la lucha contra el narcotráfico en la primera hasta el periodismo en la última, pasando por las clases políticas, la educación y los sindicatos. Ninguna de las cinco temporadas pierde en contenido ni adictividad, y es una de las pocas series en las que me resulta imposible decidir cual es la mejor temporada. Nunca baja el nivel. Algunos personajes o incluso líneas argumentales completas pueden desaparecer 10 episodios y volver luego sin que nada resulte forzado ni aleatorio. Todas las historias tienen sentido e interés, y los personajes merecen párrafo aparte.



The Wire es ante todo una serie que trata sobre las personas, y como tal, tiene algunos de los mejores personajes que se han visto en televisión: Omar, el Robin Hood moderno, es probablemente el favorito de la mayor parte de los que ven la serie por primera vez, puro carisma. Lester Freamon, un detective inteligente y de pocas palabras, que se gana un sobresueldo construyendo muebles en miniatura para casas de muñecas. Stringer Bell, la mano derecha del capo de la mafia, con una visión muy distinta de lo que debería ser el negocio de la droga. Mcnulty, el (teórico) protagonista, alcohólico y pendenciero, policía nato pegado a una petaca de Jameson. Podría seguir, y eso sólo en la primera temporada. A medida que avanza la serie muchos (muchísimos) personajes se incorporan, y tu preferido cambia con la facilidad que cambia de manos la heroína en Baltimore.



La música de la serie, aparte de excelente, tiene la particularidad de que siempre sale de una fuente dentro de la propia serie. Es decir, no habra música a no ser que alguien en la serie la esté escuchando (en el bar, en el coche, en los auriculares). Esto sirve para añadirle un nuevo plus de realismo (como si le hiciera falta), y nunca tenemos la sensación de que estamos viendo una absoluta ficción. Cabe decir que a esta sensación también ayuda que una buena parte de los actores que aparecen sean no profesionales y del propio Baltimore, incluso hay policías y políticos que se interpretan a sí mismos o a sus homólogos.



Es necesario ver The Wire en inglés, y no tendría sentido hacerlo de otra manera. El doblaje es nefasto, y las formas de hablar de todos los personajes, inherentes a su clase social o formación, es algo que merece la pena ser escuchado en versión original. Probablemente la mayor cantidad de diálogos brillantes que he escuchado en mi vida han sido en “The Wire”, especialmente cuando los mantienen los policías con los gángsters. Y esto no se da solamente en interrogatorios. Algunos se encuentran por la calle y charlan. Algunos comen juntos. Viven una misma realidad, un juego desde lados diferentes del tablero. Pero el mismo juego al fin y al cabo.



The Wire es necesaria para comprender mejor como funciona la sociedad estadounidense, las diferencias todavía existentes entre negros y blancos, el horrible y fascinante circo de la política, el mundo de la droga en toda su amplitud y sobre todo, para comprender que hoy en día la television ya no puede llamarse caja tonta.


Dentro de cincuenta años, se estudiará The Wire en la universidad como ahora se estudia El Padrino. Si estás leyendo esto, no deberías esperar tanto.

9 comments:

Anónimo dijo...

Estoy por terminar de ver la cuarta temporada de The Wire. Tus comentarios me parecen más que adecuados para una serie que no es fácil de definir.

pepito piscinas dijo...

solo he leido un poco por alto lo que escribes, y es que tanto he oido hablar de esta serie, y todo bien, que ya tengo bajada la primera temporada... por ahora no bajaré más, no vaya a ser que no me guste :S pero a ver si me pongo en plan maratón y me la veo...

Anónimo dijo...

La termine de ver hace tiempo, y sin duda es lo mejor que se ha hecho en mucho tiempo en la tele, recomiendo verla en V.O.

Anónimo dijo...

No se puede describir mejor, es la "serie" por excelencia y la número uno en el ranking de películas policiacas. Digo películas y no serie porque cualquier episodio individual es mejor que cualquier película policiaca que haya visto hasta el momento. Una de las características que más llama la atención es la forma en que te preparan al final de cada capítulo para que te mueras por ver el siguiente, es una forma sutil, sin forzar la máquina, a diferencia de series como Lost en que usan todos los trucos habidos y por haber, en The Wire es todo tan milimetrado y fluye de una forma tan natural que quieres enlazar un episodio tras otro solo por la sensación de "dejarla vivir". En resumen, una sopresa para los sentidos y para la inteligencia.

Derrejones dijo...

Totalmente de acuerdo, Caleb, hay que "dejarla vivir". Bueno, creo que mi pasión por la serie se ve claramente reflejada en el post.

Un saludo a todos!

Derrejones

Anónimo dijo...

Acabo de ver el último capítulo de la 4ª temporada y se te encoge el alma. Esta serie no sólo habla de Baltimore sino que es un perfecto retrato del ser humano en todas y cada una de sus circunstancias. Chapeau.

Foxbat dijo...

Me he visto las 5 temporadas en menos de 2 semanas, y solo puedo decir que llevo 3 dias desde que la terminé y tengo síndrome de abstinencia. Es tal la sensación por un lado de haber visto algo maravilloso, por otro lado la sensación de desasosiego de saber que lo que pasa en the wire pasa en la vida real que me hace preguntarme por qué no hay más capítulos.
Los personajes son tan imperfectos que por eso son adorables a unos los quieres con locura y a otros por cabronazos les darías palos hasta molerlos. Buff no se, esta serie transmite tanto que no se si las próximas series que vea pasarán el filtro al compararla con The Wire

haciendo click dijo...

Totalmente de acuerdo en que ninguna de las temporadas es mejor que otra. O que alguna baja de nivel o de interés.

Anónimo dijo...

Pedazo de artículo, sencillo pero directo para lo que es la serie. Yo terminé la cuarta temporada hace dos días y es la unica serie que voy a ver otra vez. Es increible, son los pequeños detalles lo que la hacen grande, desde esas introducciones bestiales a esa última imagen, todo tiene un sentido y nada sobra.

Ojalá que el cine y la televisión de un vuelco de realidad como lo es The Wire.